El sol, ¿es el enemigo de nuestra piel?
El sol, a quien esperamos tanto durante el año, está lejos de ser el mejor amigo de nuestra piel. Te contamos por qué y cómo protegerte.
Es un hecho: todas las mujeres se ven más bellas en el verano. No obstante, como lo demuestra Loubna Id Said, consejera dermocosmética y farmacéutica, el sol está lejos de ser el mejor amigo de la calidad de nuestra piel.
1. El sol no hace más que ocultar una tez pálida
En efecto, si nuestro semblante suele tener un aspecto cansado, esa tez apagada permanecerá bajo el bronceado. ¿De quién es la culpa? “En principio, de los productos para el cuidado del rostro que no son recomendables para ese tipo de piel y que no son lo suficientemente hidratantes”. Es un fenómeno amplificado por los rayos UVA largos, quienes son los responsables de la tez opaca. Para superarlo, según Loubna Id Said, hay una única solución: “bajo la crema solar que nos protege profundamente de los rayos UVA (con un índice de 50 o más para las pieles más claras o sensibles), optemos por un serum o una crema de día hidratante”.
2. El sol espesa la piel y produce granos
Para protegerse del asalto de los rayos UVA, la piel produce melanina (que causa el bronceado) y se espesa. Cuanto más se espesa, menos luminosa se hace y resulta menos permeable a los activos de los tratamientos. Como resultado, al final de unas vacaciones bajo el sol, aparece aquello que los dermatólogos llaman “el efecto rebote”, es decir, el inevitable retorno de los granos.
¿Cómo reducir los daños? Es fundamental protegerse con una crema solar con un alto índice de protección. “Los rayos UVA resecan las zonas con imperfecciones, pero al mismo tiempo espesan la piel, bloquean los poros e impiden la salida del sebo. Exfoliemos el rostro una vez por semana durante las vacaciones, pero no más de eso. Y, en el caso de piel con imperfecciones, combinemos crema solar con un producto a base de ácido salicílico”.
3. El sol es el responsable de un bronceado desparejo
Sí, el sol broncea y nos da ese lindo y sexy color moreno. Pero también puede ser la causa de un bronceado desparejo, principalmente por dos razones:
– El espesor de la piel no es homogéneo en todas las zonas del rostro; el sol es más agresivo sobre las zonas finas, donde aparecen manchas más rápidamente. Resulta, entonces, oblligatorio proteger el rostro y el escote con una crema solar eficaz y no olvidar volver a aplicarla frecuentemente sobre las zonas más delicadas.
– En zonas que están naturalmente menos expuestas –las piernas, por ejemplo– fortalecemos la coloración con un autobronceante para lograr un bronceado homogéneo sobre el conjunto del cuerpo.